“PEPE” AVILÉS
1.1.- Biografía
José
Avilés, más conocido como Pepe Avilés, nació en el barrio de La Mariscal
(Quito, Ecuador), el 15 de Abril de 1961; sitio en el que desarrollaría sus
primeras series fotográficas. Su acercamiento a la fotografía lo logró de mano
de su padre, quien tenía su propio laboratorio fotográfico, muy bien equipado.
Como una persona que estuvo siempre interesado por el arte, estudió
arquitectura y diseño gráfico, y de forma autodidacta, fotografía y diseño.
Esto le ha permitido desarrollarse con soltura en varios oficios a lo largo de
su carrera, como director de cine, ilustrador freelance, entre muchas otras.
En
1990 fundaría el café-bar “El Pobre Diablo”, que se consagraría como centro de
referencia cultural para varias generaciones de artistas e intelectuales en
capacidad. Su talento como fotógrafo e ilustrador, le ha permitido compartir
espacios de exposición e interacción con varios fotógrafos y entidades del
medio, como Pedro Meyer, Julio Mitchel, Kevin Power, entre varios otros. Este
mismo talento le ha llevado a exponer sus obras en varios lugares del mundo
como Los Ángeles, Madrid, Buenos Aires, Caracas y su tierra natal Ecuador. Su
trabajo como director de arte en la película “Entre Marx y una Mujer Desnuda”,
de Camilo Luzuriaga, le significó ganar el Coral a mejor dirección de arte en
el XVII Festival de Cine Latinoamericano, en 1996.
Entre otros de los reconocimientos y premios que ha obtenido durante su
carrera se encuentra el Primer Premio Nacional Hugo Cifuentes, debido a su
serie de retratos, en el que fotografió a varios artistas que se desarrollan a
nivel nacional, en varias disciplinas. También ha sido homenajeado con el
premio nacional Quito-Sato, por su amplia e importante gestión cultural. Los
últimos 26 años, aproximadamente, se ha mantenido como diseñador, fotógrafo y
productor de eventos culturales en su local El Pobre diablo.
1.2.- Opinión
Uno
de los hechos innegables sobre José “Pepe” Avilés, es que sin el trabajo que ha
realizado en el campo del arte y el diseño, la ciudad y sobre todo aquellos que
han podido acceder a ciertos espacios, no habrían tenido la oportunidad de
contactar o poder disfrutar de la variada gama de expresiones culturales que se
desarrollan y germinan en la ciudad, y muchas veces a lo largo del país; y de
igual forma, para los artistas que han logrado exponer o presentarse en espacios
como El Pobre Diablo ha sido una experiencia productiva y fructífera no sólo
por el poder llegar al público y expandir su experiencia y llegue al público,
sino por el número de amistades, alianzas y uniones que seguramente se llegaron
a forjar entre esas paredes y que su vez
han podido significar un impulso extra al desarrollo del arte. Por esta razón,
por los espacios que ha abierto a la expresión y el arte, y todas las historias
que ha permitido que se creen y desarrollen, Pepe Avilés se ha destacado y
consagrado, a lo largo de su carrera, como uno de los entes más importantes de
la gestión cultural en el país.
Algo que salta a la vista al momento de apreciar las obras de Pepe
Avilés, que se pueden encontrar y admirar, que son tan sólo una parte de todo el
material que ha producido, es el gran apego y tendencia que ha tenido a lo
largo de su vida por el arte y el diseño. En lo que respecta a la fotografía, es
notable que el manejo que posee del claro/oscuro es producto de mucha práctica
y pasión por la imagen, notándose incluso cierta particularidad al momento de
admirarlas, tanto las que han sido producidas de forma digital como aquellas
que ha realizado mediante procesos análogos, como en su serie “Retratos”; de
igual manera, al apreciar los trabajos digitales, de montaje, y los afiches que
ha realizado para su negocio, se puede percibir la técnica, y la experiencia
que viene acumulando, así como los estudios y el tiempo que le ha dedicado a
varias otras disciplinas, como el dibujo, pintura entre otros campos del arte.
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